lunes, 14 de abril de 2014

HAZAÑAS OLVIDADAS




HAZAÑAS OLVIDADAS
A lo largo de la historia de nuestro boxeo, muchas veces se han dado resultados tan contundentes a favor de púgiles argentinos, que de sólo revisarlos con la memoria vuelven a asombrarnos y a repetir la alegría y satisfacción que en su momento provocaron en el aficionado local. Y no nos referimos precisamente a las más nombradas y que tienen por protagonistas casi siempre a los mismos, como aquellos que alcanzaron un campeonato mundial; a nuestra riquísima trayectoria la forjaron gran cantidad de puños magistrales que a veces ni siquiera pelearon por un título mayor. Aquí recordaremos algunas de esas hazañas.
15 de agosto de 1929, Nueva York, NY, EU
El estadounidense Tom Heeney, uno de los más importantes pesos pesado del mundo en esa época, había peleado un año antes por el título máximo nada menos que con Gene Tunney, derecho que se ganó al vencer, entre varios contrincantes de primer orden, a Bartley Madden, Bud Gorman, Jim Maloney, Johnny Risko y Jack Delaney… Contra todos los pronósticos, impecablemente, se impuso el argentino Victorio Campolo a Heeney por K.O.T. en el noveno round, cuando el árbitro suspendió la pelea porque el gigante Heeney estaba muy castigado e indefenso contra las cuerdas.
15 de abril de 1944, Buenos Aires, CF, Argentina
Kid Azteca fue uno de los más emblemáticos púgiles mexicanos, una figura legendaria que prolongó su carrera profesional desde los años '30 hasta los '60, superando los 200 combates; cualquier lector de historia del boxeo puede averiguar sobre él sin mayores esfuerzos. Peleó en distintos países del mundo y enfrentó a los más encumbrados rivales. Venció, por ejemplo, a Joe Glick, Young Peter Jackson, Saverio Turiello (KOT) y dos veces al célebre filipino Ceferino García (una por K.O.), el inventor del bolo punch, Campeón Mundial mediano. Lleno de habilidades, Kid Azteca conocía todas las triquiñuelas del ring, no sólo para complicar a sus adversarios sino también para confundir a jurados y espectadores y hacerse querer y admirar por quienes lo conocían. Ya había iniciado su demostración en Argentina dando una calculada y perfecta paliza a Sebastián Romanos, derrotándolo por abandono. Era una indudable atracción. Así, se midió lleno de confianza con el invicto y novel zurdo Atilio Caraune, uno de los más completos púgiles que diera nuestro boxeo. El mexicano tenía ya unas 130 peleas, en tanto que para el nuestro era …¡la octava! Al comienzo del enfrentamiento, Kid Azteca desplegó sus amplios conocimientos, pero Caraune pronto fue anulándolo con sabiduría y potencia, hasta que, implacable, doblegó al mexicano por K.O. en el 11º round.
5 de agosto de 1961, Buenos Aires, CF, Argentina
El venezolano Vicente Rivas llegó a Buenos Aires siendo en ese momento considerado uno de los tres mejores liviano mundiales, y ya tenía casi asegurada una pelea por el título mayor contra el estadounidense Joe Brown, su portador. Rivas venía de vencer a Tommy Tibbs, L. C. Morgan, Orlando Zulueta, Arthur Persley, Ángel Robinson García, Solomon Boysaw, empatar con Paul Armstead y ganarle nada menos que al extraordinario filipino Campeón Mundial Flash Elorde… y los aficionados fueron a verlo lucirse en el Luna de Buenos Aires ante el valioso pugilista local Pedro Benelli. ¿Cómo ganará Rivas, en qué round? ¿Lo aguantará bien Benelli? se preguntaban los interesados. En una excelente actuación, Benelli lo dejó K.O. en el cuarto asalto.
21 de diciembre de 1968, Ciudad de México, DF, México
El extraordinario pegador rosarino Hugo Rambaldi tuvo el mérito de integrar, así como anteriormente nos referimos a nuestros welters del '50, a un momento dorado de los livianos argentinos, compartiendo con Nicolino Locche, Abel Laudonio, Carlos Aro y Horacio Saldaño el protagonismo en ese peso en la década siguiente, actuando todos ellos en nuestro país pero con repercusión en el más alto nivel internacional, mientras que, en el exterior, también Vicente Derado y Valerio Núñez enriquecían nuestro historial con sobresalientes performances. Hasta tal punto esto fue así, que todos ellos alcanzaron a ser rankeados entre los mejores del planeta en esta categoría o en superpluma y superliviano y, a excepción de Laudonio, todos, alguna vez, estuvieron primeros en un ranking mundial. En tanto, otro excepcional pegador, el mexicano Erubey (Chango) Carmona, se abría paso entre los internacionalmente más sólidos habiendo superado en su impecable camino a Lupe Ramírez, Lalo Moreno, Chucho García y Arturo Lomeli, para luego enhebrar una seguidilla de victorias por K.O., batiendo, entre los más destacados, al jamaiquino Percy Hayles y al mencionado ex gran Campeón Mundial, el norteamericano Joe Brown (ambos en el 4º round), hasta que en la fecha indicada se midió con Hugo Rambaldi, quien, con llamativa suficiencia y facilidad, puso en la lona tres veces consecutivas a Erubey Carmona y lo venció por aplastante KOT en la vuelta inicial. Más de tres años después, el mexicano vencería por K.O. a Mando Ramos, obteniendo un campeonato mundial, pero siempre le pesaría en su memoria cómo lo venció el argentino.
Por cierto, el tema no se agota acá, este es tan solo un bosquejo de los tantos triunfos de nuestro boxeo que en su momento fueron resonantes, conquistas asombrosas. La fórmula es simple: condiciones naturales, esfuerzo sostenido, preparación impecable.

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